En el proceso de recocido y revenido de materiales metálicos, los tubos cerámicos de alúmina sirven como cámara central del horno tubular, lo que permite un control preciso de la temperatura de 800 a 1000 °C. Al mismo tiempo, la función de protección atmosférica previene la oxidación del metal y mejora las propiedades mecánicas del material.
En el estudio de la sinterización de polvos cerámicos y metálicos por debajo de 1200 ℃, se utilizan tubos cerámicos de alúmina como portadores de horno experimental para controlar el gradiente de temperatura dentro del horno dentro de ± 5 ℃, lo que garantiza un calentamiento uniforme de las muestras y mejora la confiabilidad de los datos experimentales.
Como tubo central del horno de vacío y del horno de mufla, su vida útil puede alcanzar 100 veces la de los tubos de horno ordinarios en un entorno de vacío de 1800 ℃, y también es compatible con una atmósfera de protección de gas inerte para cumplir con los requisitos especiales del proceso.

