Como parte importante de los instrumentos químicos, los crisoles son líquidos para fundir y refinar metales, así como para calentar sólidos y recipientes de reacción. Es la base para asegurar el buen progreso de las reacciones químicas. Históricamente, los crisoles se hacían originalmente de arcilla y uno de los primeros usos del platino fue también para fabricar crisoles. Pero con el desarrollo de la tecnología de preparación, ahora se pueden fabricar crisoles de cualquier material que pueda derretirse o cambiar su contenido.